Dos mundos y un amor, de Alfredo B. Crevenna
Cine muy bien trabajado en su historia de amor
MX (1954) Cine de 3.89 estrellas de 5
Director: Alfredo
B. Crevenna
Duración: 105
min
Guion: Edmundo
Báez, Alfredo B. Crevenna, Arduino Maiuri, Paco Marín
Música: Carlos
Tirado
Fotografía: Rosalío
Solano
Reparto: Irasema
Dilian, Pedro Armendáriz, José María Linares-Rivas, Nicolás Rodríguez, María
Herrero, Álvaro Matute, Georgina Barragán, Lupe Carriles, Carlos Riquelme,
Ismael Pérez
Productora: Cinematográfica
Latina
Género: Drama
Historia de quienes lo dejan TODO por amor y están convencidos que han hecho la mejor inversión de su vida.
Es la historia de un arquitecto que lucha por sobresalir en su profesión, en ambas cintas se enmarca a un arquitecto demasiado soberbio y rebelde pero sin duda talentoso. Es de las pocas similitudes que se pueden hallar además de lo visual, porque después la cinta mexicana sigue sus propios derroteros, un drama intenso del profesionista de la arquitectura que debe enfrentar muchos obstáculos para ver materializadas sus ideas.
Un guion que se atreve a explorar el drama intenso en la primera parte de la película que hace que el espectador que no tenía muchas expectativas sobre el relato continúe muy interesado en su visualización para saber a dónde lleva esa historia inesperada entre una pianista muy exitosa y un arquitecto muy talentoso pero que nadie conoce.
Pero es la artista del piano quien descubre que detrás de ese arquitecto anónimo hay un artífice de altos vuelos.
Se conocen (Silvia y Ricardo) en un escenario enmarcado por la celebración mexicana del Día de muertos, y desde el primer contacto los personajes de Irasema Dilian y Pedro Armendáriz se dan cuenta que sus historias se han entrelazado por un vínculo difícil de romper, ella se despide porque tiene un concierto y él se despide porque debe presentar su examen profesional para lograr el título de arquitecto, después se buscan...pero mientras el concierto de ella ha sido un éxito, el examen de él ha sido un rotundo fracaso.
Ahí empieza un drama que no va terminar en casi toda la cinta, con una lucha de egos, con dos formas distintas de ver el amor, la vida, el arte, dos mundos distintos.
El arquitecto empieza a lograr el éxito que merecía y todavía más que eso pues su ambición empieza a sobrepasar su talento y llega a cotas de codicia y soberbia que ni él ni su esposa habían imaginado.
Logra levantar el edificio más alto de la ciudad y logra también escalar a los puestos más altos en su profesión, pero su relación está deteriorada, y eso no parece importarle.
Hasta que está a punto de ganarlo TODO pero perderla a ELLA y entonces él RENUNCIA a todo, desciende de lo más alto para iniciar una vida sencilla pero junto a esa mujer extranjera que vio una tarde de Día de Muertos poniendo flores a una tumba desconocida.
Leer también:
Estudia a tu ritmo: Aprende algo nuevo o refuerza habilidades